Grumpie attack: Eternal Sonata

Eternal Sonata

Entre los aficionados a los videojuegos el rol japonés es algo así como el cine iraní para los cinéfilos. Una señal de distinción y buen gusto, una juegoteca no parece completa si no cuenta con al menos un juego de este género, con sus cuidados gráficos, enrevesados guiones llenos de momentos emocionantes, variados personajes y frenéticos combates por turnos.

Si tú, querido creyente de los Crying Grumpies, estás de acuerdo, con lo que acabas de leer, enhorabuena. Pero no me encontrarás a mí en ese grupo. Lo confieso, los JRPG me parecen un soberano coñazo. Pero antes de que llenes los comentarios, déjame que me defienda, que explique la historia desde el principio. La culpa no es mía, señoría, es del Eternal Sonata.

Eternal Sonata es un juego de rol para XBox 360 y PlayStation 3 publicado en 2007 para la primera consola y en 2009 en la segunda. Fue elegido mejor juego de rol en el E3 de 2007 y tiene una nota media de 80 en Metacritic. No se trata, pues, de un Superman 64 de la vida, o de un ET. No es un juego de categoría Triple A, es cierto, pero sí uno de la parte alta del catálogo de ambas consolas, a priori una apuesta segura para quienes gusten del género.

Porque, en un primer vistazo, Eternal Sonata lo tiene todo: una ambientación original; un protagonista carismático, Chopin, nada menos; un nutrido grupo de héroes protagonistas; un aspecto gráfico apabullante, que parece más un anime que un juego al uso; una banda sonora de altísima calidad, Chopin de nuevo, y un guión largo, lleno de misterios, intrigas, revelaciones y drama. Con todo esto, ¿qué podría fallar?

Desgraciadamente, demasiadas cosas.

Eternal Sonata - Chopin

En primer lugar, su carácter eminentemente pasillero. Sí, escenarios espectaculares, pero la base del juego se basaba en ir del punto A al B para ver la siguiente cinemática, con los proverbiales encuentros y combates con monstruos.  Ni una triste misión secundaria digna de tal nombre, apenas unas partituras que de tanto en cuanto uno se iba encontrando.

En segundo, el guión del juego enseguida se metía en terrenos pantanosos, toda una serie de disquisiciones filosóficas, artísticas e incluso políticas, de difícil digestión. Especial mención merece el final del juego, del que poco puedo decir, ya que fue la única (y espero que última) vez que me quedo dormido viendo la escena final de un juego. No, un desfile de personajes soltando filosofadas que parecen acabadas de salir de lo más peor de Paulo Coelho no es manera de acabar un periplo lleno de acción y aventura. ¡Y el personal se queja del final del Mass Effect 3!

El tercer aspecto es inherente al género, la mecánica de los combates y la gestión del grupo. Sí, ya lo sé, desde antes de los Final Fantasy que el combate en todos los JRPG es por turnos en escenarios genéricos. Pero, al contrario que en otros juegos del estilo, que te invitan a probar diversos equipos y combinaciones, con Eternal Sonata, tras unas cuantas probaturas fracasadas, enseguida quedó configurado un equipo que no cambié hasta el final. Sí, es posible que la culpa fuera del aburrimiento que hacia la mitad del juego me atrapó y ya no me dejó ir. Y no menos cierto es que quizá fuera un error, esos personajes se hicieron tan poderosos que vencían a los monstruos más poderosos con la punta de la… Batuta, con lo que los combates se hicieron más mecánicos, monótonos y demasiado fáciles. Más aburridos aún, en definitiva.

Eternal Sonata

Finalmente no puedo olvidar, aunque llevo años intentándolo, el molestísimo doblaje de la niña coprotagonista. Lo que debería haber sido una interpretación tierna y sensible se acababa convirtiendo en meliflua, repipi e insoportable, llena de gorgoritos impostados y repelentes. Y encima, como era el personaje principal, no te la podías quitar de encima, salía en todas las cinemáticas.

Total, que por culpa del Eternal Sonata se me han quitado para siempre las ganas de acercarme a cualquier JRPG. ¿Y si vuelve la monótona acción pasillera? ¿Y si me vuelven a comer el tarro con todo tipo de elucubraciones filosóficas de quinto de primaria? ¿Y si tengo que aguantar a otra niña repipi? Francamente, prefiero ahorrarme el mal trago.

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