Una historia de ascenso y caida, esa podría ser la historia de Horus, el hijo predilecto del Emperador, el Señor de la Guerra, el más grande de los generales que el Imperio de la humanidad había producido nunca. El más querido y a la vez el más odiado de todos los personajes del trasfondo de Warhammer 40K. Fue su mano, la que hirió de muerte al Emperador, la que trajo el caos al Imperio y aunque en su último momento de lucidez fuera consciente de su traición nunca será posible perdonar su traición.